El movimiento nos pertenece a
todos, no importa nuestra condición, contextura, tamaño o forma... nos movemos
desde que estamos en el vientre materno y dejamos de movernos cuando morimos, a
menos que obviamente alguna situación desafortunada nos haya inmovilizado y aun
así necesitamos que nos muevan. Cada gesto, pestañeo, paso y respiro son únicos,
duran un instante y son irrepetibles, pareciera que no nos damos cuenta de la
danza teatral que vamos construyendo en cada momento de nuestras vidas, y eso
nos hace únicos, auténticos y hasta histriónicos. Todos estamos hechos para
controlar esta maquinaria sofisticada llamada CUERPO, la cual nos fue otorgada sin
manual como dice sabiamente Sadhguru y debemos hacernos cargo de ella tanto en
lo físico como en lo emocional.
Es una absoluta cuestión de salud vital, así que creo que es muy
importante recordar, que todos los medios de entrenamiento están ofertando un
gran abanico de posibilidades para cada personalidad incluyendo su situación
particular. Si nos damos la posibilidad de entrar en contacto con nuestro
cuerpo, moverlo de manera adecuada y empezar a sacudir nuestros límites y
romper nuestros esquemas, vamos a encontrar como resultado una longevidad llena
de calidad de vida y felicidad.
Estamos en una era donde vibrar con el propio ser, buscando una unidad
que es completa en sí misma, es el secreto para perpetuar relaciones con otros
y con nosotros mismos e interactuar en el bienestar, la empatía, y la
gratitud... El movimiento consciente a través de disciplinas que despierten
nuestro interés se convertirá en una puerta de entrada al mundo del bienestar y
donde cuerpo-mente-emociones-energía comulgaran para entablar una hermosa relación
con la autoestima, autoconocimiento y poder conectar con nosotros mismos.
Escucho decir constantemente “No me
gusta hacer ejercicios” y yo apuesto que por ahí hay alguna hermosa disciplina
que se parece a ti, que te hará moverte, sacudirte, crear hábito y disciplina devolviéndote
salud, buen humor y energía positiva. Quedarnos sedentarios con la excusa de
una lesión, un no me gusta, no tengo dinero serán aliados perfectos para permanecer
en una zona de malestar, que aseguro no es de confort.
Pensar en entrenar solo para
modelar la figura me parece un gran error, ese será el regalo, el plus… después
de descubrir un cuerpo ágil e independiente, una mente serena, un organismo
funcionando lo mejor que pueda funcionar, la idea siempre es apostar a la salud
y a sanar, de ahí se dispara un chorro inmenso de bendiciones y caminos
abiertos para respetar la estructura de tu cuerpo.
Recuerda escoger una actividad que
te inspire, en un lugar donde te sientas a gusto, que vayas de manera progresiva,
es decir, un paso a la vez, sin juzgarte y al cabo de unos meses veras la
diferencia…
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